LA DOROTEA
Como
otros ciclos poéticos, este de vejez lo abrió Lope con un texto en prosa, en
este caso dialogada, en el que insertó una variada antología poética. La
Dorotea apareció en 1632. Probablemente no es casual que el primer poema que se
oye en la acción en prosa sea «A mis soledades voy» y que aparezca expresamente
atribuido a Lope. La penúltima de sus elegías, y la más celebrada, «Pobre
barquilla mía», tiene como interlocutor al frágil barquichuelo.
Lope
denomina a esta obra "acción en prosa", y su modelo más evidente es
el género celestinesco. Evoca la historia de sus celosos amores por Elena
Osorio desde la altura de su edad adulta. El estilo es sencillo y natural, pero
a veces se hace acopio, como en otras obras de Lope, en particular los
prólogos, de una pedregosa erudición de baratillo tomada fundamentalmente de
los repertorios enciclopédicos de la época, entre los cuales tenía particular
afición al Dictionarium historicum, geographicum, poeticum de Carolus Stephanus
(1596) y las inevitables Officina y Cornucopia de Jean Tixier, más conocido
como Ravisio Textor.
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