LA FILOMENA
En julio de 1621
apareció en Madrid La Filomena con otras diversas rimas, prosas y versos. En
ese mismo año conoció una nueva edición barcelonesa, obra del más apasionado
lopista entre los impresores catalanes: Sebastián de Cormellas. Volumen, pues,
misceláneo, en el que Lope ensaya, con esa permanente vocación experimental que
venimos señalando, dos géneros que han irrumpido con fuerza en el panorama
literario de su época: la novela y la fábula mitológica; y trata de dar la
réplica a sus máximos creadores y perpetuos rivales: Góngora y Cervantes. El
poema que da título al volumen se presenta en dos partes distintas en el metro
(octavas frente a silvas), el género (narrativa frente a fábula simbólica de
polémica literaria) y la intención. La primera parte, en tres cantos, narra la
trágica historia de Filomena, violada y mutilada por su cuñado Tereo, según el
conocido relato ovidiano del libro VI de las Metamorfosis. «Las fortunas de
Diana», novela corta, no se halla exenta tampoco de afán polémico y espíritu de
emulación. Estamos ante un coletazo, casi último, de la agria disputa que
surgió a raíz de la publicación del Quijote. Primera parte (1605) y la
respuesta del círculo de Lope en el apócrifo, firmado por Alonso Fernández de
Avellaneda (1614). Pero no es nuestro objeto comentar el arte narrativo de las
«Novelas a Marcia Leonarda», sino señalar su dimensión lírica. Su núcleo
principal es una nueva entrega de romances pastoriles. «La Andrómeda» es un
poema emparentado con «La Filomena» aunque algo más breve: 704 versos en un
único canto. Narra con su habitual soltura, y con menos digresiones de las
habituales, la historia de Perseo, la muerte de la Medusa, el nacimiento de
Pegaso, el surgimiento de la fuente de Hipocrena. Mucho más interesantes son
las epístolas poéticas que vienen a continuación, entre las que se incluyen dos
que no son de Lope.
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