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martes, 16 de agosto de 2016

OBRAS ÉPICAS: ISIDRO

ISIDRO
Lo más vivo del poema hagiográfico Isidro (Madrid, 1599), sobre la vida del patrono de Madrid, San Isidro Labrador, escrito en quintillas a lo largo de diez cantos son, sin disputa, los fragmentos abundantes en que el poeta se acerca al universo rural en que se mueve el santo; en efecto, Lope amó de todo corazón la vida sencilla de los campesinos y ansió toda su vida el contacto directo con la naturaleza. Pero este poema biográfico es algo más que eso, ya que se halla sólidamente documentado: leyó todo lo escrito anteriormente sobre el santo y tuvo acceso a los papeles de la causa de beatificación recogidos por el padre Domingo de Mendoza, comisario pontificio para la beatificación de Isidro.

OBRAS ÉPICAS: LA DRAGONTEA

LA DRAGONTEA


Lope dedicó una parte considerable de los esfuerzos de sus mejores años a convertirse en el poeta épico español. El primero publicado, La dragontea, tuvo en su aparición notables problemas. El permiso para publicarlo le fue denegado por las autoridades castellanas en 1598, razón por la que el libro hubo de imprimirse en Valencia. Amparándose en este permiso valenciano, Lope pidió de nuevo la autorización para publicarlo en Castilla. No sólo no se permitió la nueva edición, sino que se mandó recoger los ejemplares que circulaban en el reino de Castilla. No cejó el poeta y, disimulado tras La hermosura de Angélica y los doscientos sonetos, lo publicó en Madrid en 1602. En las 732 octavas (5856 versos) narra las correrías de sir Francis Drake por tierras americanas y su muerte a manos del general Alonso de Sotomayor, inspirándose, como afirma el propio Lope, en una Relación compuesta por la Real Audiencia de Panamá usando testimonios fiables de varias personas presentes en los hechos, y, tal vez, en los datos ofrecidos en el Discurso del capitán Francisco Drake y San Diego de Alcalá compuesto por Juan de Castellanos, que fueron corroborados por los que ofrece la Expeditio Francisci Draki Equitis Angli in Indias Occidentales Anno MDLXXXV (1588) de Walter Bigges.

OBRAS LÍRICAS: LA LÍRICA EN EL TEATRO

LA LÍRICA EN EL TEATRO

Con Lope de Vega, hacia 1585, el teatro español recupera su primitiva vocación lírica. Al fin, los creadores de la comedia nueva son los mismos que han puesto de moda los romances moriscos y pastoriles. Ya Marcelino Menéndez Pelayo apercibió que numerosas comedias de Lope se inspiraban en canciones de carácter tradicional. En El caballero de Olmedo, por ejemplo, si bien existió un trágico hecho histórico real, el asesinato del caballero Juan de Vivero, el asunto dio lugar a unas seguidillas populares y un romance anónimo que se encuentran citados en el texto y dan gran parte de su atmósfera a la comedia. En otras, por ejemplo en Fuenteovejuna, no ya introduce, sino que imita los romances tradicionales, que en escena aparecen cantados por músicos ("Al val de Fuenteovejuna / la niña en cabello baja..."); otras veces utiliza canciones populares, como la de siega en Peribáñez y el comendador de Ocaña.12 Mucha lírica tradicional castellana antigua (villancicos, serranillas, canciones de boda, seguidillas...), hoy desaparecida, se ha conservado o reconstruido gracias a las inclusiones de Lope y sus imitadores en sus comedias.
 
Por otra parte, Lope inserta en sus comedias pasajes de lírica culta que utilizan sobre todo el soneto (cuando hay monólogos y los personajes se quedan solos) o cuando la acción se remansa en comedias en que lo fuerte se encuentra en la caracterización, como ocurre en el caso de El perro del hortelano, en que llega a incluir nada menos que cinco. También utiliza la lírica en las décimas (que "son buenas para quejas", como indica en el Arte nuevo de hacer comedias) y menos frecuentemente en los romances y las octavas reales, que utiliza solo para "relaciones", esto es, cuando un personaje cuenta algo a otro.

OBRAS LÍRICAS: TRIUNFOS DIVINOS

TRIUNFOS DIVINOS

A los diez años de sacerdocio, en medio de las polémicas literarias en torno al culteranismo, Lope volvió a la poesía sagrada como un instrumento más para acercarse al poder político y al eclesiástico. Estas circunstancias son evidentes en Triunfos divinos (Madrid, 1625), dedicado a la condesa de Olivares. El poema extenso que da título al volumen es una versión a lo divino de los Triomphi del Petrarca. La parte más viva del poemario son los sonetos que continúan la línea penitencial e introspectiva del volumen de 1614. Con portadilla propia, dirigido a la reina Isabel de Borbón, cierra el volumen un poema épico breve (tres cantos; 904 versos) titulado La Virgen de la Almudena.

OBRAS LÍRICAS: LA CIRCE

LA CIRCE

La Circe con otros poemas y prosas aparece en Madrid en 1624. La Circe es un volumen misceláneo, gemelo de La Filomena, aunque con matices y diferencias. El poema que da título al volumen es una réplica y, en cierto modo, una superación del modelo de la fábula mitológica fijado por Góngora. En dos sentidos: en su extensión y complejidad (tres cantos con 1232, 848 y 1232 versos) y en su alcance moral. Un narrador omnisciente presenta al lector la trágica caída de Troya. El mismo narrador nos cuenta cómo los soldados de Ulises abren los odres de Eolo ha encerrado los vientos y, en medio de la tempestad llegan a la isla de Circe. Asistimos a la transformación de los soldados en animales. Vencida Circe, los amigos de Ulises recuperan su imagen originaria. Parte Ulises, pero aún ha de descender a los infiernos para consultar su porvenir con el adivino Tiresias. «La rosa blanca» es el segundo poema mitológico de este volumen, más breve y concentrado que La Circe, con 872 versos en octavas. Reúne en rápida sucesión una serie de episodios míticos vinculados a la diosa Venus. Como en La Filomena, Lope reservó las tres novelas «A la señora Marcia Leonarda» para insertar la aportación de versos castellanos que tenemos en todos sus poemarios. No abusa de ellos: tres o cuatro poemas originales acoge cada una de las narraciones. Las seis epístolas en verso de La Circe (hay tres más en prosa) son prolongación y depuración del género y del talante poético que vimos en La Filomena.

OBRAS LÍRICAS LA FILOMENA

LA FILOMENA
En julio de 1621 apareció en Madrid La Filomena con otras diversas rimas, prosas y versos. En ese mismo año conoció una nueva edición barcelonesa, obra del más apasionado lopista entre los impresores catalanes: Sebastián de Cormellas. Volumen, pues, misceláneo, en el que Lope ensaya, con esa permanente vocación experimental que venimos señalando, dos géneros que han irrumpido con fuerza en el panorama literario de su época: la novela y la fábula mitológica; y trata de dar la réplica a sus máximos creadores y perpetuos rivales: Góngora y Cervantes. El poema que da título al volumen se presenta en dos partes distintas en el metro (octavas frente a silvas), el género (narrativa frente a fábula simbólica de polémica literaria) y la intención. La primera parte, en tres cantos, narra la trágica historia de Filomena, violada y mutilada por su cuñado Tereo, según el conocido relato ovidiano del libro VI de las Metamorfosis. «Las fortunas de Diana», novela corta, no se halla exenta tampoco de afán polémico y espíritu de emulación. Estamos ante un coletazo, casi último, de la agria disputa que surgió a raíz de la publicación del Quijote. Primera parte (1605) y la respuesta del círculo de Lope en el apócrifo, firmado por Alonso Fernández de Avellaneda (1614). Pero no es nuestro objeto comentar el arte narrativo de las «Novelas a Marcia Leonarda», sino señalar su dimensión lírica. Su núcleo principal es una nueva entrega de romances pastoriles. «La Andrómeda» es un poema emparentado con «La Filomena» aunque algo más breve: 704 versos en un único canto. Narra con su habitual soltura, y con menos digresiones de las habituales, la historia de Perseo, la muerte de la Medusa, el nacimiento de Pegaso, el surgimiento de la fuente de Hipocrena. Mucho más interesantes son las epístolas poéticas que vienen a continuación, entre las que se incluyen dos que no son de Lope.

OBRA LÍRICAS: RIMAS SACRAS



RIMAS SACRAS

La primera edición es madrileña, de 1614, con el preciso título de Rimas sacras. Primera parte. Que sepamos, nunca hubo una segunda parte. Estamos ante uno de esos poemarios en los que el autor sintetiza toda una vena de su fértil musa. Su estructura corresponde a lo que venimos llamando cancionero lopesco. Lo integran un canzoniere petrarquista (los cien sonetos iniciales) y una variedad de composiciones en diversos metros y géneros: poesía narrativa en octavas, glosas, romances descriptivos, poemas en tercetos encadenados, liras y canciones. Las Rimas sacras van a desarrollar ampliamente la palinodia que exigía la tradición literaria del petrarquismo. No solo porque el soneto inicial sea una reescritura del de Garcilaso de la Vega («Cuando me paro a contemplar mi estado»), sino porque la idea esencial de ofrecer un ejemplo de arrepentimiento del amor mundano está aquí desarrollada, no en un soneto, sino en toda la serie inicial y en otros muchos poemas que pespuntean el «canzoniere» petrarquesco. La mayoría de los sonetos de las Rimas sacras están escritos en primera persona y dirigidos a un tú íntimo e inmediato. El más celebrado de todos, el XVIII, es un monólogo del alma, que habla con voces coloquiales y directas a un Jesús enamorado: « ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?». Frente a estos sonetos de la intimidad, se encuentran, en número menor pero relevante, los de carácter hagiográfico, litúrgico o conmemorativo. Sin embargo, algunos poemas narrativos, como «Las lágrimas de la Madalena», el de mayor extensión, son continuación del universo poético predominante en los sonetos. «Las lágrimas» pertenece a una especie de la épica.

OBRAS LÍRICAS: LOS ROMANCES

LOS ROMANCES
Lope encabezó junto a su eterno rival el cordobés Luis de Góngora una precoz generación poética que se da a conocer en la década que va de 1580 a 1590; son los llamados "poetas romancistas" que vuelven al octosílabo cuando ya ha pasado la fiebre del endecasílabo y las estrofas italianas introducidos por Garcilaso y Boscán en la primera mitad del siglo XVI; no desdeñan la escuela italiana y siguen cultivando sus formas, pero ya no desprecian la tradición anterior octosílaba y popular del siglo XV y la asumen también escribiendo el que luego será conocido como Romancero nuevo. Desde la temprana edad de dieciocho o veinte años estos poetas empiezan a ser conocidos y celebrados por sus romances y –es obvio– no tuvieron mayor interés en controlar ni exigir nada a los impresores. Son, en general, poetas jóvenes (Lope, Góngora, Cervantes, Pedro Liñán de Riaza…), con menos de treinta años y con frecuencia no se preocuparon de reclamar su autoría, al menos directamente. La crítica moderna se ha ocupado de dilucidar la autoría de tal o cual romance, pero no ha hecho el esfuerzo necesario para intentar con seriedad establecer el corpus romanceril de los distintos poetas. El de Lope se ha quedado en vagas aproximaciones. Mucho se ha hablado sobre el sentido y el alcance de este romancero de la generación de 1580, en el que Lope impone unas pautas recreadas por otros muchos. El protagonismo de nuestro poeta fue reconocido desde el primer momento. El nuevo romancero fue una fórmula literaria que caló rápidamente en la sensibilidad social y los poetas jóvenes propusieron a sus lectores y oyentes un feliz híbrido de convencional fantasía y unas referencias en clave a amores y amoríos, favores y desdenes, gustos y disgustos de la actividad erótica. Pero el exhibicionismo sentimental no se presenta en ellos desnudo. Aparece, para mayor encanto, velado por la fantasía heroica de los romances moriscos o por la melancolía pastoril. La añeja tradición de los romances fronterizos, compuestos en su mayor parte en el siglo XV al hilo de los hechos históricos a que aluden, reverdece a finales del siglo XVI en este género de moda.

OBRAS NARRATIVAS: LA DOROTEA

LA DOROTEA

Como otros ciclos poéticos, este de vejez lo abrió Lope con un texto en prosa, en este caso dialogada, en el que insertó una variada antología poética. La Dorotea apareció en 1632. Probablemente no es casual que el primer poema que se oye en la acción en prosa sea «A mis soledades voy» y que aparezca expresamente atribuido a Lope. La penúltima de sus elegías, y la más celebrada, «Pobre barquilla mía», tiene como interlocutor al frágil barquichuelo.


Lope denomina a esta obra "acción en prosa", y su modelo más evidente es el género celestinesco. Evoca la historia de sus celosos amores por Elena Osorio desde la altura de su edad adulta. El estilo es sencillo y natural, pero a veces se hace acopio, como en otras obras de Lope, en particular los prólogos, de una pedregosa erudición de baratillo tomada fundamentalmente de los repertorios enciclopédicos de la época, entre los cuales tenía particular afición al Dictionarium historicum, geographicum, poeticum de Carolus Stephanus (1596) y las inevitables Officina y Cornucopia de Jean Tixier, más conocido como Ravisio Textor. 

OBRAS NARRATIVAS: PASTORES DE BELÉN

PASTORES DE BELÉN

Pastores de Belén. Prosas y versos divinos apareció en Madrid en 1612. La obra gozó de un notable éxito. En el mismo año vieron la luz nuevos impresos en Lérida y en Pamplona. En vida del poeta saldrían seis nuevas ediciones. Estamos ante un declarado contrafactum que vierte a materia sagrada aquella mezcla de prosas y versos amorosos de la Arcadia de 1598. El cañamazo de la novela pastoril se aprovecha aquí para narrar algunos episodios evangélicos relacionados con la Natividad del Señor. Al igual que la Arcadia, contiene una amplia antología poética. Se han catalogado un total de 167 poemas de las formas métricas más variadas.

OBRAS NARRATIVAS: EL PEREGRINO EN SU PATRIA

EL PEREGRINO EN SU PATRIA

Esta nueva novela en la que Lope ensaya la novela bizantina o de aventuras –con la peculiaridad de que todas ellas se desarrollan dentro de España– vio la luz en Sevilla a principios de 1604. Tuvo un éxito inmediato (hay dos impresiones madrileñas y otras dos barcelonesas de 1604 y 1605, otra de Bruselas de 1608 y una nueva edición revisada de Madrid, 1618). El peregrino en su patria no presenta la riqueza poética de la Arcadia. No porque el número de versos intercalados sea menor, sino porque muchos de ellos son dramáticos: cuatro autos sacramentales, con sus loas, prólogos, canciones. Entre los treinta y tantos poemas que introdujo en el relato bizantino no hay mucho que destacar.



 

OBRAS NARRATIVAS: LA ARCADIA

OBRAS NARRATIVAS:
LA ARCADIA

No se atrevió el autor a publicar un poemario desestructurado, ni tampoco quiso renunciar a presentar en sociedad sus versos amparados por su nombre. El expediente elegido fue –y es fórmula habitual en la época– engarzarlos en una novela pastoril: Arcadia, escrito a imitación de la obra homónima de Jacopo Sannazaro y de sus continuadores españoles. La novela lopesca vio la luz en Madrid en 1598. Tuvo un éxito considerable. Fue la obra del Fénix más veces reimpresa en el siglo XVII: Edwin S. Morby registra veinte ediciones entre 1598 y 1675, de ellas dieciséis en vida del autor. Osuna recordó «son cerca de 6.000 los [versos] que contiene la novela, más que líneas en prosa en la edición que manejamos». En efecto, hoy al lector se le hace cuesta arriba imaginar que una novela, por muy poética que sea, pueda contener más de 160 poemas, algunos breves, pero de considerable extensión. No parece que tal cantidad de versos sirven de ornato a 

OBRAS

OBRAS

OBRAS NARRATIVAS:

  •  LA ARCADIA
  • EL PEREGRINO EN SU PATRIA
  • PASTORES DE BÉLEN
  • DOROTEA
OBRAS LÍRICAS:
  • LOS ROMANCES
  • RIMAS SACRAS
  • LA FILOMENA
  • LA CIRCE
  • TRIUNFOS DIVINOS
  • LA LÍRICA EN EL TEATRO

OBRAS ÉPICAS:
  • LA DRAGONTEA
  • ISIDRO
  • LA HERMOSURA DE ANGÉLICA
  • JERUSALÉN CONQUISTADA

MARTA DE NEVARES

MARTA DE NEVARES

Con Marta de Nevares, (la Marcia Leonarda de las novelas, y Amarilis de las poesías y cartas de Lope), nacida hacia 1591 y casada el 8 de agosto de 1604 (contra su voluntad) con Roque Hernández de Ayala, comerciante, del que pronto se separó. Aficionada a la poesía, escribía versos, cantaba, tañía y bailaba, era de buena conversación y prosa, y hasta tenía talento de actriz (representó una comedia de Lope en su casa). Sus relaciones, iniciadas alrededor de septiembre de 1616, tuvieron como fruto una hija:

  • Antonia Clara (Clarilis), nacida el 12 de agosto de 1617. La menor de toda su descendencia y la alegría de su vejez, se fugó del hogar paterno el 17 de agosto de 1634 con don Cristóbal Tenorio, caballero de la Orden de Santiago, un protegido del conde-duque de Olivares y ayuda de Cámara de Su Majestad. Lope nunca se recuperó de este golpe.


Marta de Nevares quedó ciega en 1622, y tiempo después perdió la razón. Falleció al cuidado de Lope, en su casa, el 7 de abril de 1632. Tenía 41 años. Esta fue la última relación significativa en la vida de Lope de Vega.

MICAELA DE LUJAN

MICAELA DE LUJAN
Con la actriz Micaela de Luján, casada con el actor Diego Díaz, que se había ausentado al Perú, donde murió en 1603. Madre de nueve hijos, cinco de ellos por lo menos son de Lope, con el que sostuvo una relación de cerca de quince años (posiblemente comenzada tras su segundo matrimonio, alrededor de 1599), a pesar de otros amores fugaces:
  • Ángela.
  • Mariana.
  • Félix, bautizado el 19 de octubre de 1603.
  • Marcela, bautizada el 8 de mayo de 1605. El 2 de febrero de 1621 se consagra en el Convento de Trinitarias Descalzas, con el nombre de sor Marcela de San Félix. Lope describe la consagración en la Epístola a don Francisco de Herrera Maldonado.
  • Lope Félix, nacido el 28 de enero de 1607. Muchacho de naturaleza díscola, fue encerrado por su padre, debido a su mal comportamiento, en el asilo de Nuestra Señora de los Desamparados, en 1617. Con inclinaciones literarias como su padre, al final se hizo militar, muriendo en 1634 en un naufragio en la costa de Venezuela, adonde había ido en una expedición para pescar perlas. Lope le dedicó una égloga piscatoria.




JUANA DE GUARDO

JUANA DE GUARDO
Con Juana de Guardo, su segunda esposa desde el 25 de abril de 1598. Hija de Antonio de Guardo, rico abastecedor de carne y pescado de Madrid, se cree fue un matrimonio de conveniencia:
Jacinta, bautizada en Madrid el 26 de julio de 1599, posiblemente fallecida en la infancia pues no hay más noticias de ella.
En una carta escrita a un amigo fechada el 14 de agosto de 1604, Lope anuncia que su mujer está por dar a luz. En su testamento de 1627, Lope nombra una hija, Juana, ya difunta. Es probable, dado el nombre y las fechas, que esta hija sea la criatura nacida de Lope y su esposa en agosto de 1604.
Carlos Félix, bautizado el 28 de marzo de 1606, por lo que se cree nació el año anterior, en 1605. Hijo predilecto de su padre, falleció el 1 de junio de 1612, después de una enfermedad de varios meses. El devastado Lope le dedica una elegía publicada en las Rimas Sacras.
Feliciana, nacida el 4 de agosto de 1613. La única de la descendencia legítima en sobrevivir a la infancia, se casó con Luis de Usátegui, «oficial de la secretaría del Real Consejo de las Indias de la provincia del Pirú», el 18 de diciembre de 1633. Lope promete dotar a su hija con ropas y dineros por valor de 5.000 ducados, de la herencia de sus abuelos maternos.1

Juana de Guardo murió nueve días después de dar a luz, el 13 de agosto de 1613, a causa de sobreparto. Lope no volvió a casarse. A principios de marzo de 1614 recibió las órdenes menores en Madrid. El 12 de marzo fue a Toledo (se hospedó en casa de la actriz Jerónima de Burgos, con la que sostuvo un romance), donde recibió el grado de clérigo de epístola y luego el de Evangelio. El 25 de mayo, en Madrid, recibió el último grado de su ordenación sacerdotal. El 29 de mayo dijo su primera misa en la iglesia del Carmen Descalzo, en Madrid.

MARIA DE ARAGON Y ISABEL DE URBINA

MARIA DE ARAGON
Con María de Aragón (llamada Marfisa en las obras de Lope), hija de un panadero flamenco, llamado Jácome de Amberes, instalado en Madrid:
Con Lope tuvo a Manuela, al parecer la primogénita de toda su prole. Bautizada el 2 de enero de 1581, falleció el 11 de agosto de 1585.

Tras el término de la relación, Marfisa se casa con un flamenco en 1592 y fallece el 6 de septiembre de 1608.
ISABEL DE URBINA
Con Isabel Ampuero de Alderete Díaz de Rojas y Urbina (conocida como Isabel de Alderete estando soltera, y como Isabel de Urbina al casarse) ,6 su primera esposa, con la que contrae matrimonio por poderes el 10 de mayo de 1588, luego de haberla "raptado" de la casa paterna (aunque en realidad ella aceptó irse voluntariamente):
Antonia, nacida probablemente en 1589, fallecida en 1594, al parecer poco antes que su madre.
Teodora, nacida en noviembre de 1594, fallecida en la infancia entre 1595 o 1596.
Isabel de Urbina muere en el parto de su segunda hija, en noviembre de 1594.

MATRIMONIOS Y DESCENDENCIA

MATRIMONIOS Y DESCENDENCIA



ESPOSA

HIJOS(AS)
María de Aragón
Ø Manuela
Isabel de Alderete
Ø Antonia
Ø Teodora
Juana de Guardo
Ø Jacinta
Ø Carlos Félix
Ø Feliciana
Micaela de Luján
Ø Ángela
Ø Mariana
Ø Félix
Ø Marcela
Ø Lope Félix
Marta de Nevares
Ø Antonia Clara

ULTIMOS AÑOS DE VIDA

ULTIMOS AÑOS DE VIDA

A pesar de los honores que recibió del rey y del papa, los últimos años de Lope fueron infelices. Sufrió que Marta se volviera ciega en 1626, y muriera loca, en 1632, dedicándole un recuerdo en las octavas reales de la égloga Amarilis, que se publicaría en 1633. También evoca su muerte en este soneto de las Rimas humanas y divinas de Tomé de Burguillos titulado «Que al amor verdadero no le olvidan el tiempo ni la muerte»:
MAS DESGRACIAS EN LA FAMILIA:
Lope Félix, hijo suyo con Micaela de Luján y que también tenía vocación poética, se ahogó pescando perlas en 1634 en la isla Margarita, en la costa de Venezuela. Su amada hija Antonia Clara fue secuestrada por un hidalgo, novio suyo, para colmo apellidado Tenorio. Feliciana, su única hija legítima para ese entonces, había tenido dos hijos: una se hizo monja y el otro, el capitán Luis Antonio de Usategui y Vega, murió en Milán al servicio del rey. Solo una hija natural suya, la monja Marcela, le sobrevivió.

Lope de Vega murió el 27 de agosto de 1635. Doscientos autores le escribieron elogios que fueron publicados en Madrid y Venecia. Durante su vida, sus obras obtuvieron una mítica reputación. «Es de Lope» fue una frase utilizada frecuentemente para indicar que algo era excelente, lo que no siempre ayudó a atribuir sus comedias correctamente. Al respecto cuenta su discípulo Juan Pérez de Montalbán en su Fama póstuma a la vida y muerte del doctor frey Lope de Vega Carpio (Madrid, 1636), impreso compuesto para enaltecer la memoria del Fénix, que un hombre vio pasar un entierro magnífico diciendo que «era de Lope», a lo cual apostilló Montalbán que «acertó dos veces». Cervantes, a pesar de su antipatía por Lope, lo llamó «el monstruo de la naturaleza», por su fecundidad literaria.

SACERDOCIO

SACERDOCIO DE LOPE FELIX DE VEGA CARPIO


La época que auspició la ordenación sacerdotal de Lope de Vega fue de una profunda crisis existencial, impulsada quizá por la muerte de parientes próximos. A esta inspiración responden sus Rimas sacras y las numerosas obras devotas que empezó a componer, así como el tono meditativo y filosófico que asoma en sus últimos versos. La noche del 19 de diciembre de 1611 el escritor fue víctima de un intento de asesinato del que pudo escapar apenas. Doña Juana de Guardo sufría frecuentes enfermedades y en 1612
Carlos Félix murió de fiebres. El 13 de agosto del año siguiente, falleció Juana de Guardo, al dar a luz a Feliciana. Tantas desgracias afectaron emocionalmente a Lope, y el 24 de mayo de 1614 decidió al fin ser ordenado sacerdote. En su epistolario muestra Lope las dudas que alberga en esta época sobre la orientación que ha de dar a su vida, llegando a conclusiones inquietantes: «Yo he nacido en dos extremos, que son amar y aborrecer; no he tenido medio jamás... Yo estoy perdido, si en mi vida lo estuve, por alma y cuerpo de mujer, y Dios sabe con qué sentimiento mío, porque no sé cómo ha de ser ni durar esto, ni vivir sin gozarlo...»

DESTIERRO

DESTIERRO


Estudió por entonces gramática con los teatinos y matemáticas en la Academia Real y sirvió de secretario al Marqués de las Navas; pero de todas estas ocupaciones le distraían las continuas relaciones amorosas. Elena Osorio fue su primer gran amor, la «Filis» de sus versos, separada entonces de su marido, el actor Cristóbal Calderón; Lope pagaba sus favores con comedias para la compañía del padre de su amada, el empresario teatral o autor Jerónimo Velázquez. En 1587 Elena aceptó, por conveniencia, entablar una relación con el noble Francisco Perrenot Granvela, sobrino del poderoso cardenal Granvela.

Denunció la situación en su comedia Belardo furioso y en una serie de sonetos y romances pastoriles y moriscos, por lo que un dictamen judicial lo envió a la cárcel. Reincidió y un segundo proceso judicial fue más tajante: lo desterraron ocho años de la Corte y dos del reino de Castilla, con amenaza de pena de muerte si desobedecía la sentencia. Lope de Vega recordaría años más tarde sus amores con Elena Osorio en su novela dialogada («acción en prosa» la llamó él) La Dorotea. Sin embargo, por entonces ya se había enamorado de Isabel de Alderete y Urbina, hija del pintor del rey Diego de Urbina, con quien se casó el 10 de mayo de 1588 tras raptarla con su consentimiento. En sus versos la llamó con el anagrama «Belisa».

JUVENTUD

JUVENTUD

Lope de Vega Carpio, procedente de una familia humilde natural del Valle de Carriedo, comarca del Pas-Miera, en Cantabria, fue hijo de Félix de Vega, bordador de profesión, y de Francisca Fernández Flórez. No hay datos precisos sobre su madre. Se sabe, en cambio, que tras una breve estancia en Valladolid, su padre se mudó a Madrid en 1561, atraído quizá por las posibilidades de la recién estrenada capitalidad de la Villa y Corte. Sin embargo, Lope de Vega afirmaría más tarde que su padre llegó a Madrid por una aventura amorosa de la que le rescataría su futura madre. Así, el escritor sería fruto de la reconciliación, y debería su existencia a los mismos celos que tanto analizaría en su obra dramática.
Cursa después cuatro años (1577-1581) en la Universidad de Alcalá de Henares, pero no logra ningún título. Quizá su conducta desordenada y mujeriega le hace poco apto para el sacerdocio. Sus altos protectores dejan de costearle los estudios. Así, Lope no consigue el grado de bachiller y para ganarse la vida tiene que trabajar como secretario de aristócratas y prohombres, o escribiendo comedias y piezas de circunstancias. En 1583 se alista en la marina y pelea en la batalla de la Isla Terceira a las órdenes de su futuro amigo don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz. Tiempo después dedicaría una comedia al hijo del marqués.


LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIO

LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIO

Nació en Madrid  el 25 de noviembre de 1562.Fue uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español y, por la extensión de su obra, uno de los más prolíficos autores de la literatura universal.

 El llamado Fénix de los ingenios, Poeta del cielo y de la tierra y (por Miguel de Cervantes) Monstruo de la Naturaleza renovó las fórmulas del teatro español en un momento en el que el teatro comenzaba a ser un fenómeno cultural de masas. Máximo exponente, junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca, del teatro barroco español, sus obras siguen representándose en la actualidad y constituyen una de las más altas cotas alcanzadas en la literatura y las artes españolas. Fue también uno de los grandes líricos de la lengua castellana y autor de varias novelas y obras narrativas largas en prosa y en verso.





Se le atribuyen unos 3000 sonetos, tres novelas, cuatro novelas cortas, nueve epopeyas, tres poemas didácticos, y varios centenares de comedias (1800 según Juan Pérez de Montalbán). Amigo de Francisco de Quevedo y de Juan Ruiz de Alarcón, enemistado con Luis de Góngora y en larga rivalidad con Cervantes, su vida fue tan extrema como su obra. Fue padre de la también dramaturga sor Marcela de San Félix.

CONTENIDO

Contenido
  • Lope Félix de Vega Carpio
  • Juventud
  • Sacerdocio de Lope Félix de Vega Carpio
  • Destierro
  • Últimos años de vida
  • Matrimonios y Descendencia
  • Obras 
  • Bibliografía
  • Lope Félix de Vega Carpio
  • Juventud
  • Sacerdocio de Lope Félix de Vega Carpio
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  • Últimos años de vida
  • Matrimonios y Descendencia
  • Obras 
  • Bibliografía

VIDA Y OBRA DE LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIO

VIDA Y OBRA DE LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIO
Bienvenidos a este blog dedicado a uno de los más reconocidos poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español.



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